Situado en pleno valle de Ansó, a la entrada del Parque Natural de los Valles Occidentales del Pirineo Oscense.
Este pequeño y familiar restaurante, en un entorno idílico, merece una parada obligatoria para degustar sus especialidades: las migas y la carne a la brasa. No os perdáis los chuletones, ¡para llorar de placer!
Solo dan comidas, todos los días de la semana. Pero debido a la dificultad de acceso durante los meses invernales, aproximadamente de enero a abril solo abren los fines de semana.
Muy buena relación calidad/precio.